Evangelio jueves 23 de mayo
Jueves 23 de mayo de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga23 de mayo de 2024
Evangelio según San Lucas 22, 14-20
Jueves de la séptima semana del tiempo ordinario
Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» Y recibiendo una copa, dio las gracias y dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se los dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza, sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros.
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
"Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer"
Jesús parece decirnos: doy gracias a Dios por el infinito amor que tiene por cada uno de ustedes y por haberme enviado para enseñarles ese amor. Fui verdadero hombre y cumplí fielmente la voluntad de mi Padre para amarlos hasta el extremo. En cada Eucaristía que participen, reciban y acepten el sacrificio de mi cuerpo y mi sangre derramada, para el bien de ustedes. Los invito a compartir la mesa, los espero con la esperanza de encontrarnos a menudo y de permanecer en comunión.
Jesús ofreció al Padre su vida en ofrenda, por amor a sus hermanos, por amor a cada uno de nosotros. Pienso que este Evangelio es un llamado a que también nosotros logremos decir a Dios: aquí estoy, este soy yo, que se entrega día a día a sus hermanos por amor. Así como Cristo abrazó la Cruz y vivió su Pascua sin eludirla, así Dios espera que, desde la propia y única individualidad, podamos participar y colaborar de su Reino compartiendo ese amor que hemos recibido de Jesús, alimentándonos de Él en cada Eucaristía.
Querido Jesús, te alabo por tu infinita entrega de amor y por tu fidelidad al Padre. Te doy gracias por el regalo de la Eucaristía, por ofrecernos tu propio sacrificio para nuestro gozo y salvación. Dame la gracia de ser humilde para participar en tu banquete, con un corazón abierto a tu presencia, y no solo como un simple espectador. Ayúdame a aumentar mi adoración por la Eucaristía y que a través de ella pueda experimentar cada vez más tu presencia.
AMÉN