Evangelio jueves 23 de febrero

Jueves 23 de febrero de 2023 | Sebastián Castaño

23 DE FEBRERO DEL 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 9, 22 - 25

Jueves después de Ceniza

El hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día». Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento."

Jesús parece decirme: Todos tienen necesidad de Mí, y así debe ser, ya que todo lo que no soy Yo, es imperfecto y carece de algo, eso que sólo pueden encontrar en Mí. Pero de entre mis hijos, hay algunos que tienen mayor necesidad de Mí. Tú, como padre, si ves que alguno de tus hijos necesita más de ti, ¿no lo apoyas más? Es lo mismo en mi caso, pero a un nivel absoluto. Vine al mundo a salvar a los pecadores, a aquellos que por opción o negligencia les cuesta más ver la verdad de mi Padre. Yo di mi vida para salvarlos a todos, pero esa Salvación es para todo el que la quiera recibir. Por eso, busco que todos puedan quererla sin obligarlos.

A veces me pregunto si no conviene tener tanta libertad. Elegir aquello que queremos, o aunque no lo deseemos, optamos porque creemos que nos conviene más. Por eso podemos optar por sacrificarnos en algo para darle a otro una alegría, o al revés, elegimos no compartir y quedarnos con todo. Seguramente sin libertad todo sería más fácil, pero también todo carecería de sentido, ya que nuestras elecciones no importarían. Elegir a Cristo adquiere un valor tanto más grande cuando elegimos en libertad. Con ella somos más felices eligiendo, y aunque nos equivoquemos, se nos regala la oportunidad de volver a elegirlo a Él.

Señor Jesús, llámame una y otra vez, porque una y otra vez me equivoco en mis elecciones. Ni siquiera se trata de ser llamado "justo", porque en verdad estoy tan lejos, pero sí quiero hacerte feliz, y con mis malas elecciones no te glorifico ni te hago feliz. Me arrepiento enormemente de mis errores, porque te decepciono a Ti y a los que me quieren. No dejes que vuelva a errar, ya que el peso de mi propia culpa me oprime. Te pido perdón, Señor, de todo corazón, y te agradezco porque vienes una y otra vez a buscarme para volver a tu rebaño. Madre querida, perdóname tú también, porque soy tu hijo desobediente.

AMÉN

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