Evangelio jueves 21 de septiembre

Jueves 21 de septiembre de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

21 de septiembre del 2023

Evangelio según San Mateo capítulo 9, 9 – 13

Jueves de la décimo cuarta semana del Tiempo Ordinario

Fiesta de San Mateo Apóstol y Evangelista, Mártir

Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Sígueme"

Jesús parece decirnos: mi corazón no excluye a nadie. Todos están llamados a imitarme y han recibido la vocación cristiana. Si bien condeno el pecado, no condeno al pecador. Eviten la tentación de creer que no merecen ser llamados hijos de Dios, o que por la vida que llevan no merecen el amor de Dios. Hoy (y siempre) te digo "sígueme" así tal como eres, no pienses que debes cambiar antes de seguirme, eso déjamelo a Mí. Yo siempre levantaré y sanaré a quien quiera seguirme.
Me impresiona la respuesta de Mateo ante el llamado de Jesús: inmediata, total, sincera. Me imagino la fuerza de la invitación de Jesús, con un simple "sígueme" fue suficiente para que Mateo dejara atrás toda su historia de vida, para empezar desde cero como discípulo de Jesús. Veo que no se necesita estar "preparado" para responder a Jesús, o tener que "cumplir" requisitos previos. Él solo necesita que yo esté abierto a que le deje estar presente, y le ofrezca mi debilidad para que Él me sane.
Señor no permitas que deje de sorprenderme por el infinito amor que tienes por cada uno de nosotros. Ayúdame a reconocer que tu presencia, tu misericordia y tu bondad, han estado presente en mi vida, aunque muchas veces no me he dado cuenta. Gracias Señor por tu generosidad sin medida y tu paciencia cuando no te escucho. Concédeme Jesús un corazón atento y abierto para dejar que me sorprendas con tu llamado y tu presencia, y la fuerza y la fe para responder libremente en consecuencia, y ser un poco más como Mateo.

AMÉN.

 

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