Evangelio jueves 21 de marzo

21 de marzo de 2024

Evangelio según San Juan 8, 51-59

Quinto jueves de Cuaresma

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre». Los judíos le dijeron: «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?». Jesús contestó: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría». Los judíos le dijeron: «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy». Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre»

Jesús parece decirnos: Yo Soy, y mi invitación es a que sean fieles a mi enseñanza. No les pido realizar grandes obras, sino que vivan su vida cotidiana conforme a la ley del amor del Padre, siendo generosos en darse. Con humildad podrán abrir su corazón y reconocer el amor de Dios a lo largo de sus vidas. Por el contrario, la soberbia les cierra la mente y el corazón, impidiéndoles acoger mi Palabra encerrándolos en su propio pensamiento, y en consecuencia la soberbia no les dejará reconocerse como verdaderos hijos amados de Dios.

Los judíos no lograban reconocer a Jesús como verdadero hijo de Dios. Me reconozco cristiano hijo de Dios, pero también me cuesta ser consecuente con el Evangelio. Jesús me insiste en ser fiel a su Palabra, y creo que para lograrlo se necesita amor verdadero, el cual puedo construir, en primer lugar queriendo cultivar una relación más cercana y cotidiana con Dios (y su Trinidad) y luego ir descubriendo día a día los caminos que Él prepara para mí.

Querido Jesús, gracias por tu entrega infinita por amor a nosotros. Fuiste fiel a tu Padre y a tu misión para nuestra salvación. No permitas que me aleje de Ti cerrándome a tu presencia; regálame, Señor, la gracia de sentirme tu hijo amado y tener siempre la humildad de buscar tu presencia y compañía en mi día a día. Se que tú eres el Hijo de Dios y que solo quieres nuestra verdadera paz. Te pido la gracia de tener un corazón generoso para entregar y la gracia de saber compartir tu bondad.

AMÉN