Evangelio jueves 17 de febrero

17 de FEBRERO DEL 2022
Evangelio según San Marcos capítulo 8, 27 - 33
Jueves de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesárea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas". "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Jesús parece decirnos: es una realidad que todos tienen diferentes formas de verme y reconocerme. Esto aplica para quienes creen y quiénes no. ¿Y tú, quien dices que soy, quien soy para ti? Sé que es una pregunta difícil y requiere ir al fondo de tu corazón para responder con sinceridad. Para que me reconozcas completamente, debemos mantener una relación personal, de amistad y respeto, de comunión y amor verdadero. Yo te conozco completamente y me preocupo por ti, y quiero que tú me conozcas de igual forma y no te quedes ciego para reconocerme.

¿Cuánto de lo que digo de Jesús es por experiencia propia personal y cuánto es por lo que viene por otros? Mi vida y los valores que me guían deben ser coherente con el Evangelio y con lo que Dios quiere para mí. Si reconozco en profundidad a Jesús y su Palabra, podré hacer vida con acciones, la experiencia de vivir junto a Jesús. Tengo que hacer que sea una relación cada vez más vinculante y cercana en mi corazón. Así podré contestar con mayor sinceridad, con la propia experiencia, a la pregunta de Jesús.

Querido Jesus cúrame de toda ceguera que me impida reconocerte con claridad en todas tus dimensiones, líbrame de la ceguera que pueda venir de mi egoísmo, de mi falta de humildad, de mis caretas y de mi falta de amor por Ti y por el prójimo. Ayúdame Jesus a seguirte con cercanía y cariño, para poder ser un humilde sirviente de tu gloria. No permitas que con mis acciones o con mis palabras, pueda yo alejar a alguien de ti. Gracias Jesús por tu eterna fidelidad y amor hacia nosotros.

AMÉN.