Evangelio jueves 16 de junio

Jueves 16 de junio de 2022 | Sebastián Castaño

16 DE JUNIO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 6, 7 - 15

Jueves de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas."

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros

Jesús parece decirnos: el verdadero amor es capaz de perdonar. El Padre misericordioso te ama y sabiendo lo que necesitas, te perdona una y otra vez. Acércate al Padre con confianza, así como un niño se acerca a sus padres: con humildad pide perdón y con alegría recibe su perdón. El amor permite saber pedir perdón y también permite querer recibir el perdón. Hagan esto entre ustedes mis hermanos y no juzguen excesivamente las culpas de otros. Sean misericordiosos siempre.

El amor supone entregarse para dar lo mejor de uno a los demás. Siempre tropezaremos y queriéndolo o no, ofenderemos a otros y/o a Dios. Por un lado, creo que estamos llamados a intentar mejorar o cambiar aquellas cosas que me llevan a ofender (o que me ofenden de otros) y por otro lado, a tener la humildad para aceptar que hay ciertas cosas que no puedo cambiar (ya sea mías o de otros). Cuando rezo a Dios tengo que buscar encontrar esa sabiduría que me ayude a discernir entre intentar cambiar con fuerza o tener que aceptar con humildad.

Querido Jesús, enséñame a rezar para poder discernir el camino que me lleva a amar. Dame la fuerza para cambiar y mejorar lo que tú quieras, y la humildad para aceptar lo que no puedo cambiar. Ayúdame Jesús a saber reconocer mis faltas, y a saber pedir perdón por ellas. Gracias por estar siempre disponible y atento a guiar a quienes te buscan. Ayúdame a ser más como María, que escuchó con humildad y que luego actuó en consecuencia según el querer de Dios.

AMÉN

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