Evangelio jueves 14 de septiembre
Jueves 14 de septiembre de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga14 de septiembre del 2023
Evangelio según San Lucas capítulo 6, 27 - 36
Jueves de la décimo tercera semana del Tiempo Ordinario
Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
"Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso".
Jesús pareciera decirnos: Mi Padre es bueno y misericordioso y quiere dar a todos, sin medida, para que alcancen verdadera plenitud. Él es fiel a su promesa y no se fija en las caídas de sus hijos. Él te llama a amar y a que busques decididamente seguir el camino que yo les dejé. Así te colmará de sus bienes. No te gastes en poner la vara alta a los demás, ni menos juzgarlos o condenarlos, sino más bien, fíjate en tus acciones para ser fiel al camino que el Padre te propone.
Jesús nos invita a imitar al Padre: sean compasivos, amen, hagan el bien, y den sin esperar intereses a cambio. Mi entrega y capacidad de amar no puede depender de lo que recibo de otros... debo alejar ese cálculo para no limitarme o justificar mis faltas de amor. No debo caer en ánimo de venganza, es decir, como cristianos estoy llamado a no responder atacando a quien nos ofende, sino a actuar con prudencia preguntándome más seguido ¿Qué haría Jesús ahora?
Querido Jesús, Hijo de Dios, Tú viniste a visitarnos para mostrarnos el rostro misericordioso y bueno de nuestro Padre. Y nos dejaste muchos ejemplos de perdón y de entrega infinita. Ayúdame Jesús a darme cuenta de que Tú quieres estar conmigo y que estás presente en esos momentos en que se pone a prueba mi oportunidad de ser bueno, de dar, de perdonar, y de no juzgar a otros. Que con la ayuda de nuestra madre María pueda imitar tu ejemplo.
AMÉN