Evangelio jueves 11 de agosto
Jueves 11 de agosto de 2022 | Sebastián Castaño11 DE AGOSTO DEL 2022
Evangelio según San Mateo capítulo 18, 21 – 19,1
Jueves de la Décimo Novena Semana del 7Tiempo Ordinario
Santa Clara, Virgen y Fundadora. Memoria obligatoria
Se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?'. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos". Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?
El Señor parece decirme: la misericordia de mi Padre es eterna y quiere perdonar siempre, a ti y a todos sin excepción. Deja que mi Padre en el Cielo sea el que juzgue, no te confundas en juzgar a otros según tu medida. Busca hacer el bien sin límite o cálculos egoístas, se humilde y no busques ofender aun cuando te sientas ofendido o que te deben. Evita el rencor y el ánimo de venganza porque te alejan del amor. Cuando perdonas de corazón te estás acercando al Reino de los Cielos.
Tal como le ocurrió al servidor que le debía al rey, el límite del perdón de Dios lo ponemos nosotros cuando no soy capaz de perdonar de corazón a quienes siento que me han ofendido o siento que me deben. Jesús me llama a perdonar de corazón y me hace ver que mi deuda ante Dios Padre es seguramente mucho mayor a las que mis hermanos puedan tener conmigo. En consecuencia, este evangelio me llama a esforzarme por evitar juzgar y ser humilde para perdonar sin medida.
Querido Señor sé que mi deuda ante ti es enorme e impagable. Reconozco tu grandeza y tu misericordia infinita, que con humildad y paciencia perdonas una y otra vez a cada uno de tus hijos que vuelven arrepentidos hacia ti. Señor, ayúdame a saber entender la justicia del mundo y que ésta no se contraponga con tu llamado al perdón y a la misericordia que tú nos llamas a seguir. Señor, con humildad te pido la gracia de perdonar como tú lo haces y así poder ser instrumento de tu perdón.
AMÉN