Evangelio jueves 10 de noviembre
Jueves 10 de noviembre de 2022 | Sebastián Castaño10 DE NOVIEMBRE DEL 2022
Evangelio según San Lucas, capítulo 17, 20 - 25
Jueves de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario
San León Papa y Doctor de la Iglesia. Memoria Obligatoria
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes". Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación."
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
... el Reino de Dios está entre ustedes"
Jesús parece decirnos: Les dejé el Espíritu Santo para que éste habite entre ustedes y los guíe permanentemente. Pero necesito de su voluntad, de su fe y de su corazón abierto para que el Espíritu Santo pueda reinar en ustedes. Dios quiere estar en tu corazón, para que des fruto y seas testigo de su amor y su misericordia... pero necesita de tu corazón abierto y limpio para quedarse a vivir contigo. Lucha pues constantemente contra lo que te aleja del Espíritu Santo, y contra el pecado que te aleja de Dios.
Para abrir el corazón a la influencia constante del Espíritu Santo necesito de la oración perseverante y cercana con Jesús. Esa oración cercana con Jesús me llena y da gracias, pero reconozco que es poco frecuente y entonces soy vulnerable a los estímulos exteriores de la vida. Reconozco que mi humana debilidad sólo la puedo fortalecer con la verdadera oración con Jesús, con los sacramentos, con la ayuda de María y en consecuencia mediante la gracia de Dios.
Querido Jesús, te doy gracias por haber entregado tu vida por amor a cada uno de nosotros y regalarnos la oportunidad de entrar en el Reino de Dios. Dame Señor la gracia de poder orar y conversar contigo de forma cercana, de corazón a corazón, para que finalmente seas Tu quien gobiernes y guíes mis acciones en el camino de la vida. No dejes Jesús, que mis preocupaciones y ocupaciones del día a día me alejen de la oración y de tu cercanía.
AMÉN