Evangelio jueves 1 de septiembre

Jueves 1 de septiembre de 2022 | Sebastián Castaño

1° DE SEPTIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 5, 1 - 11

Jueves de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Navega mar adentro, y echen las redes"

Jesús parece decirnos: anda con esperanza, no tengas dudas de adentrarte y echar las redes. Evita quedarte inmóvil en la orilla, diciéndote a ti mismo que no vale la pena, o que no tienes las capacidades, o que las dificultades no te permitirán pescar, o pensando en el qué dirán, o simplemente ignorándome... más bien, ten fe y se más audaz. Yo estaré ahí para multiplicar tu entrega. Necesito de ti, tal como eres, para compartir la buena nueva. Mira la humildad de Pedro para echar las redes, aun cuando no había pescado nada, y luego su pesca fue enorme.

Pedro echó las redes en nombre de Jesús y su recompensa fue enorme, aunque diferente a la que él esperaba: Jesús lo hizo pescador de almas. Al igual que Pedro siento esa pequeñez ante la grandeza de Dios. Necesito de su misericordia y su gracia que me guían por la vida. Me cuesta decir sí, cada vez que Cristo me llama a la aventura de seguirlo; me cuesta abandonarlo todo para adentrarme más en su Palabra y en su querer. Me quedo muchas veces anclado en la orilla, sin actuar.

Querido Jesús, te hiciste instrumento de Dios y te entregaste por completo para mostrarnos el infinito amor de Dios por nosotros. Tú conoces nuestro corazón y sabes que me cuesta abandonarme para seguirte, así como lo hizo Pedro. Anhelo un corazón dócil y atento a tu voluntad, y la humildad y fuerza para seguirte sin medida. Así podré compartir los frutos que tú regalas y ser un digno testimonio de tu amor y misericordia. Bendito seas Señor.

AMÉN

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