Evangelio domingo 30 de octubre

Sábado 29 de octubre de 2022 | Juan Enrique Coeymans

30 DE OCTUBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 19, 1 - 10

Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más". Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham,
porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Hoy ha llegado la salvación a esta casa"

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: esta escena de Zaqueo, les enseña a Uds. que la salvación es para todos, que hay que desearla, y que la salvación soy Yo y para eso he venido al mundo y me he encarnado. No me importa cuán pecador sea una persona mientras tenga conciencia de sus pecados y busque mi cercanía. Ahí entraré en su casa y en su intimidad- Lo segundo es que Uds. tienen que desear conocerme , y finalmente lo mas importante, es que la salvación no es un fenómeno, sino una persona, Yo soy el Salvador, Yo soy la salvación y cambio con mi cercanía la vida de Uds..

La pregunta que debo hacerme a mí mismo, es cuanto deseo y anhelo de estar en la cercanía de Jesús. Es cierto que me doy tiempo para adorar al Señor delante del Sagrario y de su presencia Eucarística, pero me temo que hay mas períodos que los necesarios de aridez, de frialdad y falta de corazón. La aridez es parte de nuestra naturaleza, pero debo alimentarla y regarla para que de fruto y se convierta en la alegría de estar cerca de Jesús. Si quiero estar con Él, Jesús no me a Salvación entrará en mi vida y en mi corazón.

Querido Señor Jesús, este momento conversando conmigo me abrió lo ojos a algo tan sencillo que es anhelar estar contigo. Mi vida tantas veces mediocre desaparece en tu cercanía, abres mi corazón a la solidaridad, y misericordia con los que sufren, y Tu entrarás en mi corazón. Por eso en este momento te pido la gracia de que vengas y me invites como lo hiciste con Zaqueo, y la Salvación vendrá a mi vida, Señor, te necesito, y quiero estar siempre en Tu cercanía para que cambiéis día a día mi corazón.

AMÉN

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