Evangelio domingo 27 de agosto
Domingo 27 de agosto de 2023 | Juan Francisco Bravo27 de agosto del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 16, 13 - 20
Domingo vigésimo primero del Tiempo Ordinario
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.
Meditación de Juan Francisco Bravo Collado
"Y el poder de la muerte no prevalecerá sobre ella"
Es como si Jesús me dijera: "Esto que te complica tanto sobre mi Iglesia no prevalecerá. Todo esto que te duele, que te incomoda, que no tienes cómo explicar. Esto que te hace ver cosas en ti mismo que no te gusta ver. Todo esto que te interpela y te violenta, que te hastía y que hace que te den ganas de dar vuelta la página y no mirar más. ¡Todo eso no prevalecerá! ¡Pero atento! No es que no esté. No es que no importe. No es que no tengas que mirarlo. No es que sea accesorio. Al contrario: es muy importante. Míralo de frente. Pero sabe bien que, aunque sea poderoso, no prevalecerá."
Me abruma pensar en la Iglesia. Porque la Iglesia que yo he experimentado es distinta. Es luminosa y vital. Me abruma ver tal nivel de desastre, perversión, desconexión con la vida, materialismo y mecanicismo. Cuando medito me doy cuenta de que ese mismo nivel de muerte que veo afuera, en la Iglesia, lo puedo encontrar adentro, en mi vida. En mi propia forma de llevar mi relación con Dios. En mi relación con mis hermanos y hermanas. Y, sobre todo, en mi relación conmigo mismo. Este texto me invita a reconfigurar mi corazón para que no persevere en esa muerte que no lleva a la resurrección.
Jesús: "Yo, soy hijo de tu Iglesia. Yo mismo soy Iglesia. Ayúdame a que la muerte que veo inminente no prevalezca. Que no prevalezca en mí. Que no prevalezca en tu Iglesia. En nuestra Iglesia. Quiero consagrar mi corazón a tu Reino. Me presento en tu Santuario para renovar mi alianza de amor con tu Madre. Quiero ofrecerme completamente al Amor que crea y sostiene todo el universo. Me propongo actuar con integridad, escuchar mi corazón, decir la verdad y mirar de frente todo lo que he venido esquivando. Acompáñame.
AMÉN