Evangelio domingo 20 de noviembre

Domingo 20 de noviembre de 2022 | Juan Francisco Bravo

20 de NOVIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 23, 35 - 43

Domingo Trigésimo Cuarto del Tiempo Ordinario

Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo

El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!". También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!". Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo". Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino". Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".
El le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso

Es como si Jesús me dijera: "¿sigues creyendo en Mí mientras estoy colgado en la cruz? ¿mientras agonizo con las manos atravesadas por clavos, con el cuerpo lacerado de heridas y latigazos, con una corona de espinas hiriéndome la frente? ¿Sigues aquí cuando todos se burlan de mí? Pues yo te aseguro que estarás conmigo en el paraíso. Con seguridad. Y esto no es una prueba de fe. No soy un Dios sádico. No es un concurso para ver quién cree en mí de la forma más torpe, quien se aferra más, sufriendo, a algo que no tiene esperanza. La fe que tienes en medio de mi derrota es la que necesitas para ti mismo en medio de tu derrota."

¿Qué intuición habrá seguido el reo? ¿cómo se le puede haber ocurrido pedir ayuda a uno que estaba tan mal como él? Quisiera hacer lo mismo: ilógicamente, pedirle ayuda al que está más desahuciado. Y Jesús me devuelve la pregunta. "Si le pides ayuda al que se siente menos capaz, al que tiene más miedo, al con menos fuerza y que sabe que es el menos indicado para encontrar una salida... ayúdate tú. Yo estoy contigo." Si aprendo a querer y a confiar en Jesús en medio de su dolor y humillación ¿por qué no voy a creer un poquito en mí? Y, así, descubro que el camino de la cruz es un camino de auto aceptación. Y falta que me hace.

Jesús, ayúdame. Acuérdate de mí. Dame tu apoyo. Sálvame. Yo creo en Ti. Creo en el poder infinito que revelas en tu pasión: ese poder desde la impotencia absoluta. Creo en el poder de tus heridas, de tu dolor, de la incertidumbre, de la desesperación que experimentaste al verte abandonado por tu Padre. Quiero adentrarme contigo en ese misterio: el misterio de la muerte y del dolor. Voluntariamente elijo recorrer contigo ese camino. Porque sé que tus promesas son ciertas y quiero vivir en el paraíso de tu Padre. Y, para eso, necesito reconciliarme con mi pequeñez. Jesús, voy a estar contigo en el paraíso.

AMÉN

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