Evangelio domingo 2 de octubre
Domingo 2 de octubre de 2022 | Juan Enrique Coeymans2 DE OCTUBRE DEL 2022
Evangelio según San Lucas capítulo 17, 3b - 10
Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería." Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'?
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.»
Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria
Los Apóstoles dijeron al Señor: tienen una fe muy débil.
Jesús pareciera decirnos: Tienen que convencerse que la fe mueve montañas, que lo imposible se hace posible. ¿Y cómo lograr tener una fe poderosa? Con la oración sencilla y cotidiana, conversando conmigo sobre la vida y las decisiones que se presentan. Pero esa fe que mueve montañas debe estar de acuerdo con la voluntad del Padre. No olviden las palabras mías en el Huerto de los Olivos: "Padre mío, si es posible, que pase de mi esta copa, pero que no sea como yo quiero si no cómo quieres Tú".
A veces me pasa que olvido lo que no debo jamás olvidar: que lo que importa en la vida es hacer la voluntad del Padre, y lo que pidamos debe adecuarse al querer del Padre. Sin embargo, como muchas veces no sabemos cual es la posible voluntad del Padre, debo agregar siempre: el " si es tu voluntad". Así el alma quedará en paz y tendremos la tranquilidad de estar haciendo lo que el Padre desea de nosotros. Oraremos como lo hacía Jesús, y nos identificaremos mas profundamente con El.
Querido Señor Jesús, me arrodillo delante Tuyo, y te adoro como Dios y Señor, te pido de todo corazón, que se haga en mi perfectamente la voluntad del Padre en todas las circunstancias de mi vida. Señor que busque siempre intuir y conocer lo que el Padre desea de mi. Haz que mi corazón, desee estar cerca de tu cercanía, y que al igual que tu Madre tenga pronto en mí alma el saberme servidos Tuyo. Que mi pequeñez esté a tu servicio y te diga con humildad siempre: Si Señor lo que Tu quieras.
AMÉN