Evangelio domingo 19 de mayo
Domingo 19 de mayo de 2024 | Juan Francisco Bravo19 de mayo de 2024
Evangelio según San Juan 20, 19-23
Domingo de Pentecostés
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Meditación de Francisco Bravo Collado
"Como el Padre me ha enviado..."
Jesús me podría estar diciendo: "Yo los envío a ustedes a convertir al mundo, y ustedes creen que, por eso, se tienen que poner un sayal y convertirse en peregrinos de bastón y barba larga. Me llegan a dar risa con sus ideas. Yo los envío como el Padre me envía a Mí: desde su propia personalidad, con sus realidades concretas y sus formas de ser. Los envío en lo cotidiano, que es lo que yo viví durante años. Es ahí donde se manifiesta mi Reino, y no necesariamente en las grandes odiseas. Por eso es por lo que antes de enviarles al mundo, les entrego la Paz. Cultiven la Paz."
Me sorprendes Jesús, que cuando soplaste tu Espíritu sobre los Apóstoles, lo que les deseaste fue la Paz. A mí se me hubiera ocurrido lo contrario... que les hubieras deseado la inquietud, la urgencia de cambiar el mundo. Descubro en mí un sentimiento equivocado de lo que significa ser cristiano: tiendo a pensar que un verdadero discípulo tuyo debería ser necesariamente un empresario, un político, un reformador o un activista... ¡y estoy tan equivocado! Tú nos regalas a cada uno una vocación diferente y nos dices que Tú nos envías a nosotros como el Padre te ha enviado a Ti: de manera personal y especial, de tú a tú.
Gracias Jesús por este mensaje que me da Paz. Sácame esta intranquilidad que tengo en mi corazón, que es fruto de mi propia inseguridad y de no conocerme bien a mí mismo. Gracias por la vocación cotidiana que me regalaste. Gracias porque esta vocación simple y laical aparece con tanta fuerza cuando te escucho con atención y sencillez. Es en lo cotidiano donde tu Espíritu Santo es más elocuente conmigo, y donde encuentro más Paz. Quiero ser tu discípulo en el día a día, con los míos y los que me vayas regalando.
AMÉN