Evangelio domingo 18 de junio
Domingo 18 de junio de 2023 | Juan Francisco Bravo18 de Junio del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 9, 35 - 10.8
Domingo Undécimo del Tiempo Ordinario
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. "Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."
Meditación de Juan Francisco Bravo Collado
Jesús convocó a sus discípulos
Es como si Jesús dijera a los discípulos, y con ellos a nosotros: "Les dejo esta misión. Les dejo este mensaje que a veces les parece duro. Pero no se confundan: perciban en ustedes mismos y verán que cuando lo viven en profundidad les causa alegría. Esta misión no es para que se sientan superiores o mejores que el resto. Todos están llamados. Cuando los veo a ustedes contentos por el trabajo que hacen, yo también me alegro. Siempre recuerden que el motivo de su alegría no es el trabajo apostólico, sino que el amor que les da mi Padre".
Hoy día me gustaría ser consciente y celebrar las veces que he sido útil al Señor. Él me ha llamado, y yo he respondido. El resultado ha sido ciento por uno. Me alegro, Señor, de haber experimentado esta fecundidad que Tú entregas en mi propia vida. También me alegro cuando veo personas viviéndolo en carne propia. Veo también que muchas veces esta fecundidad me ha enceguecido. He perdido de vista el amor. Me he concentrado en la gestión. En la cosa bien hecha. Y eso me ha quitado la oportunidad de unirme más al Señor.
Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre cuando tú nos has mandado y nosotros te somos fieles. Gracias por hacerme fértil a tu gracia. Cuida mi corazón del engreimiento. Cuida mi corazón de la tecnocracia. Sáname a través de la acción. Y que cuando me centre en el hacer, que siempre me reconozca como tu hijo. Quiero trabajar como un hijo y no como un operario. Que sea para ti. Honrándote a ti. Por cariño. Bendito seas Señor.
AMÉN