Evangelio domingo 12 de noviembre

Domingo 12 de noviembre de 2023 | Juan Francisco Bravo

12 de noviembre del 2023

Evangelio según san Mateo 25, 1-13

Domingo de la semana trigésima segunda del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro". Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?" Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado". Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos", pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco". Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

Meditación de Francisco Bravo Collado

Es como si Jesús me dijera: esta admiración que despiertan en ti las vírgenes precavidas son el deseo de tu corazón. Escúchalo. Respétalo. Mi invitación es que conquistes aquello que te entusiasma tanto. Tú quieres ser fiel. Quieres ser consistente. Quieres ser disciplinado y confiable. Confiable ante ti mismo. Deja de culparte por lo que te propones y no logras. Es bueno que comiences a darte cuenta que no todo depende de tus propias fuerzas. Y que muchas veces es tu Padre quien te regalará los dones para sostener lo que desea tu corazón.

Este texto toca lo más profundo de mi ser. Yo quiero ser fiel y consistente. Es un anhelo que siempre he tenido pero que me ha resultado esquivo. Trabajo constantemente en eso. Generalmente me siento frustrado por no ser suficientemente disciplinado. Quisiera parecerme más a las vírgenes fieles que están siempre preparadas, que nunca aparecen sorprendidas. Que siempre tienen. Hoy vuelvo a sentirme frustrado: me faltan cosas, no he logrado avanzar cuanto me había propuesto, siento que me voy quedando atrás de mis propias expectativas. Jesús me invita a confiar en mí mismo y perseverar sin perder la esperanza.

Jesús gracias por venir a mí. Quiero ofrecerte mi trabajo cotidiano. Quiero poner ante Ti los esfuerzos pequeños e invisibles que hago cada día para conquistarme a mí mismo. Quiero también poner en el altar mi inconsistencia y mi debilidad. Quiero pedir tu ayuda, Señor. Regálame tu gracia. Tengo miedo de que lo que he puesto no sea suficiente. Dame otra oportunidad. También, Señor, quiero pedirte sabiduría para reconocer cuándo no puedo más. Y que yo aprenda a dejar en tus manos aquello que quiero para que Tú te hagas cargo.

AMÉN

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