Hombres o Mujeres: ¿Quién es el mejor líder?
Debido a que se tuvo que desarrollar un taller de liderazgo en el que participaron personas de distintos países con altos niveles de responsabilidad, se investigó el tema de quién es un mejor líder, el hombre o la mujer. Luego de analizar bastante material, se llegó a un estudio que se hizo en Estados Unidos (Pew Research Center Social and Demographic Trends, Survey 2008) que resume bastante bien las conclusiones de otras investigaciones sobre este tema y cuyos resultados se obtuvieron de una encuesta que se hizo a 2.250 personas, donde la mitad eran mujeres. En el estudio se analiza cuáles son las características que debe tener un líder y si éstas son más comunes en el hombre o en la mujer. La conclusión general es que hay características en las que claramente destacan las mujeres sobre los hombres y aquellas en las que destacan los hombres, no son precisamente las más atractivas. Cuando se trata de honestidad, inteligencia y un puñado de rasgos de carácter que se valoran mucho en los líderes, las mujeres que ocupan puestos de liderazgo son superiores a los hombres. Sin embargo, si tomamos el concepto general de liderazgo, sólo un 6% de los entrevistados en esta encuesta dicen que las mujeres son mejores líderes políticos que los hombres y un 21% (cerca de uno de cada cinco entrevistados) dicen que los hombres son mejores líderes, mientras que la gran mayoría (70%, es decir siete de cada diez) dicen que tanto los hombres como las mujeres son iguales en esto del liderazgo...
| Mario Requena (Bolivia) Mario Requena (Bolivia)Debido a que se tuvo que desarrollar un taller de liderazgo en el que participaron personas de distintos países con altos niveles de responsabilidad, se investigó el tema de quién es un mejor líder, el hombre o la mujer. Luego de analizar bastante material, se llegó a un estudio que se hizo en Estados Unidos (Pew Research Center Social and Demographic Trends, Survey 2008) que resume bastante bien las conclusiones de otras investigaciones sobre este tema y cuyos resultados se obtuvieron de una encuesta que se hizo a 2.250 personas, donde la mitad eran mujeres. En el estudio se analiza cuáles son las características que debe tener un líder y si éstas son más comunes en el hombre o en la mujer. La conclusión general es que hay características en las que claramente destacan las mujeres sobre los hombres y aquellas en las que destacan los hombres, no son precisamente las más atractivas. Cuando se trata de honestidad, inteligencia y un puñado de rasgos de carácter que se valoran mucho en los líderes, las mujeres que ocupan puestos de liderazgo son superiores a los hombres. Sin embargo, si tomamos el concepto general de liderazgo, sólo un 6% de los entrevistados en esta encuesta dicen que las mujeres son mejores líderes políticos que los hombres y un 21% (cerca de uno de cada cinco entrevistados) dicen que los hombres son mejores líderes, mientras que la gran mayoría (70%, es decir siete de cada diez) dicen que tanto los hombres como las mujeres son iguales en esto del liderazgo.
La paradoja inherente a estos resultados de la encuesta es parte de una más amplia que yace en la sociedad moderna respecto al rol de la mujer en dirigir o liderar las fuerzas que hacen y definen la sociedad, ya que estando en una época en que las mujeres han hecho avances radicales en la educación y en general en la fuerza de trabajo, relativamente pocas de ellas llegan a los más altos puestos en la política o en el mundo corporativo.
¿Por qué sucede esto? En la encuesta, el público cita la discriminación de género, la resistencia al cambio y un egoísta "CHS" (Club de Hombres Solamente) como razones para la escasez relativa de mujeres en la parte superior de la pirámide del poder tanto del sector público como privado. También se citan aspectos como la responsabilidad familiar (que todavía recae más en la mujer que en el hombre) y la falta de experiencia para ocupar esos cargos, lo cual es una falacia ya que no se puede tener experiencia si no se les permite obtenerla.
Pero el tema que interesa desarrollar acá está centrado en qué características (buenas o malas) de liderazgo, las mujeres destacan sobre los hombres y al respecto, en siete de los ocho rasgos de liderazgo medidos en este estudio, las mujeres son mejores o iguales que los hombres. Por ejemplo, la mitad de los encuestados dicen que las mujeres son más honradas que los hombres, mientras que sólo uno de cada cinco dicen que los hombres son más honestos (el resto dicen que no saben o que no hay diferencia entre los sexos). Respecto a Inteligencia, el 38% dice que las mujeres son más inteligentes, mientras que sólo el 18% afirma que los hombres son superiores en este aspecto y un 43% afirma que ambos sexos son iguales en inteligencia.
En relación a Emocionalidad, el 85% de los encuestados opina que las mujeres son más emocionales, mientras que sólo el 5% de los encuestados opina que los hombres lo son. En el tema de Compasión, la diferencia también es abismal: 80% opina que las mujeres son más compasivas que los hombres y sólo un 13% opina que los hombres son superiores en este aspecto. Otro argumento en que destacan las mujeres es Creatividad: 62% opina que las mujeres son más creativas que los hombres, mientras que sólo un 24% opina lo contrario. En la cuestión de saber manipular/conducir a la gente, el 50% opina que las mujeres son superiores a los hombres, mientras que solo el 16% opina que los hombres son superiores.
¿En qué ganan los hombres? En Arrogancia (70% contra 10%), en Testarudez (46% contra 32%) y en Capacidad de tomar Decisiones (44% contra 33%) siendo que en estas dos últimas características las mujeres no están muy detrás, y la única particularidad en que el hombre tiene una clara ventaja y que no es bueno que tenga un líder, es la Arrogancia, algo que se parece mucho al peor de los pecados capitales: el orgullo.
Cabe destacar que en casi todas estas particularidades del liderazgo, el voto de la mujer fue más o menos igual que el del hombre, en otras palabras, se puede afirmar que tanto los hombres como las mujeres están de acuerdo en estos argumentos.
Llevando todo esto al terreno de Schoenstatt, hay varias cosas que podemos concluir. Primero que todo, es bueno recordar lo obvio: nuestro modelo de ser humano pleno es una mujer y en este sentido, es difícil encuadrar la imagen de la Virgen, tal como es presentada por cierta literatura devocional, en las condiciones de vida de la sociedad contemporánea y en particular de las condiciones de la mujer actual, ya sea en el ambiente doméstico, político, social o cultural, por eso, la imagen de líder de la Virgen María es difícil contextualizarla hoy en día, dentro de la cultura virilizada que tenemos, sin embargo, nosotros los schoenstatianos consideramos que el rol de María en la salvación, como perfecta cristiana, medianera de todas las gracias y como ejemplo de instrumento de Dios, es vital y si bien no estaba definido de esa manera en los inicios del cristianismo, se lo descubre más adelante, por medio de la tradición de la Iglesia y la iluminación del Espíritu Santo.
El padre Kentenich nos dice: "Somos marianos porque queremos acatar el orden objetivo, el plan de redención concreto que Dios mismo estableció y extraer de él todas las consecuencias para la vida de la persona y de la comunidad. A ese plan pertenece María en forma esencial. El cristianismo como tal posee una modalidad esencialmente mariana". En otro documento afirma: "fue Dios quien así lo dispuso. De allí que, para ser marcadamente marianos, no tengamos que recurrir a revelaciones privadas, leyendas o fantasías. Nos basamos en la enseñanza bíblica, en el dogma, en el magisterio de la Iglesia. Porque María "sin ser el centro, está en el centro".
¿Qué nos queda entonces? Creemos que es innegable que en Schoenstatt tenemos que ser pre-claros en lo que atañe dar a las mujeres schoenstattianas el rol que les corresponde en lo que es la misión de Schoenstatt respecto a la Iglesia y al mundo, y en esto debemos rechazar aquellos esfuerzos de la cultura occidental en los que la mujer trata de reemplazar al hombre, copiando particularmente sus características negativas, y más bien nosotros, hombres y mujeres de Schoenstatt, debemos mostrar con nuestras actitudes y estilos de vida que un mundo diferente es posible, donde los hombres y mujeres son diferentes, pero iguales en dignidad y derechos, y, aunque nos "duela" a los hombres, debemos reconocer que las mujeres nos superan en muchas cosas y para ayudar a que la mujer ocupe el rol que le corresponde en la sociedad del pasado mañana, no debemos dejar que la arrogancia supere a la compasión y la afectividad.
Mario Requena, octubre, 2010