La misión del 31 de mayo... es amor a Dios

El P. Kentenich en esa magnífica carta "perlonga" nos invita a... ¡atrevernos! a salir del circulo semanal; a querer dar el "SI" ante un manojo de "NOs"... a dar ese "salto mortal" que seguramente nos traerá un sin fin de dificultades, tan solo por encontrarnos con la mirada de Dios en el prójimo

Miércoles 1 de junio de 2016 | Lucía Zamora

¿Cuántas cosas hacemos por amor?... Compartimos lo poco o lo mucho que tenemos; educamos y nos dejamos educar sin temor al rechazo; nos atrevemos a hablar, a callar y a actuar por el bien del otro; dominamos nuestra voluntad, domesticamos la libertad y vemos la vida de frente al sol, con la certeza de estar mirando en el otro, el rostro de Cristo, un rostro que solo nos puede hablar de su infinita misericordia. Por estas razones puedo decir que el tercer hito "En la fuerza divina", es simple y sencillamente amor a Dios.

Schoenstatt nos ha regalado la oportunidad de caminar a la santidad no solo con lo que somos y con lo que tenemos, sino que también, con lo que en el camino vamos descubriendo y conquistando. Detalles que pudieran parecer insignificantes, pero que poco a poco van dejando en el corazón una pequeña semilla de "compromiso" que irá creciendo conforme vayamos queriendo. Así es... todo consiste en la voluntad.

Es difícil comprender que no solo el conocimiento basta para edificar un mundo nuevo ¿a cuántas personas conocemos con tanta información en la boca y poca disposición en el cuerpo?... a ¡muchas! Solo en algunos casos nace ese anhelo por compartir el regalo de la Mater al escuchar la voz del Espíritu Santo y actuar sin la terrible necesidad de ser vistos y reconocidos. Pocos Schoenstattianos dan "ese salto mortal" que va mucho más allá de una simple junta. Ese salto, que algunos de nosotros sabemos, nos lleva a otro y a otro, tan solo por amor a María.

El P. Kentenich en esa magnífica carta "perlonga" nos invita a... ¡atrevernos! a salir del circulo semanal; a querer dar el "SI" ante un manojo de "NOs"... a dar ese "salto mortal" que seguramente nos traerá un sin fin de dificultades, tan solo por encontrarnos con la mirada de Dios en el prójimo, por amar a la Iglesia y por anhelar ser el hombre nuevo que Dios desea en lo más profundo de su corazón.
Muchos han hecho "vida" la misión del 31 de mayo. Se han consagrado por un mundo nuevo. Son aquellos, que a pesar de la distancia acuden a una misa de 18 hasta nuestro Santuario, caminando por la noche con su Virgen Peregrina en los brazos. Jóvenes regalando su tiempo y conocimiento a niños de escuelas rurales. Muchachos que se atreven a asistir todo un mes, a la misa de 6 de la mañana, sin importarles el qué dirán. Otros deciden cumplir los actos de misericordia visitando asilos y enfermos; están aquellos que con un corazón encendido no dejan de rendirse por llevar la Alianza de Amor a las periferias. Y todo esto, por gratitud a un hombre que murió por nosotros en la Cruz, y por un singular Sacerdote que se entregó totalmente a Jesús a pesar de una vida llena de carencias.

Recordar la cruzada "por el pensar, amar y vivir orgánicos" nos llama...a ¡llegar sin miedo!... a edificar una nueva Iglesia; una cultura que construya, que sume y que ¡genere vida! nos pide encontrarnos a nosotros mismos a través de los demás; creciendo y ayudando a crecer en el amor y la misericordia. Nos invita a salir al encuentro con la vida y luchar por lo que el P. Kentenich soñó para la humanidad. Un sueño difícil de realizar, pues es muy fácil declinar en estos tiempos donde el placer es todo lo que importa. Sin embargo la cruzada por lograr un mundo mejor se puede lograr si permanecemos fieles a nuestra Alianza de Amor. Cometeremos errores, perderemos la paciencia, decaerá el ánimo y nos toparemos con la discordia que tanto le agrada al demonio. Obstáculos que si los depositamos en las manos de María, fortalecerán la voluntad para volver a empezar todos los días; para dar, tantos saltos mortales sean necesarios y lograr en primer lugar un corazón nuevo que contagie a los demás, y así...poco a poco, iremos construyendo un mundo nuevo. Y con las manos de un nuevo hombre, edificaremos una Iglesia cuya piedra angular sea la Misericordia.

Comentarios
Total comentarios: 1
02/06/2016 - 12:02:19  
Destaco de la acertada reflexión de Lucia"Un corazón nuevo que contagia a los demás.".
Creo que ello es el centro de la Nueva Evangelización y por ende del 31 de Mayo.
Solemos escuchar muchas arengas de salida y de darle brillo a la tercera gracia del Santuario ,pero tal vez pensamos en un catalogo que miramos con nostalgia porque nos supera. Y casi caemos en un ritualismo apostólico, no menos que lo solicitamos para otros y nos para nosotros.
Corazon expresa toda la persona por ello una persona nueva irradia Vida ,en Alianza con Dios y Jesus en Maria. Dame un corazón nuevo y todo lo demás viene por añadidura.
Bendiciones.

John Hitchman
USA
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